Profecía de los Cátaros
Posted on: febrero 1, 2012
LA PROFECIA DE LOS CATAROS
La última profecía de los Cataros en 1244: que la Iglesia del Amor se proclamaría en 1986.
Mucho se ha dicho y especulado acerca de los Cataros quienes se establecieron en la región de Languedoc, Francia en el siglo XI; no se sabe exactamente de dónde provienen pero ciertos indicios de sus creencias y prácticas indican que pertenecerían a los primeros Cristianos y que muy probablemente se esparcieron desde el Imperio Bizentino hacia Bulgaria, los países balcánicos y el norte de Italia. A pesar de que ellos se consideran Cristianos, la Iglesia Católica los denomina Albigenses o Cataros.
La región de Languedoc era famosa por su cultura elevada y la religión de los Cataros ganó más y más fieles y devotos durante el siglo XII. A principios del siglo XIII el Catarismo era probablemente la religión más mayoritaria adoptada tanto por miembros de la nobleza como por gente común. La Iglesia Católica siempre repudió esto y el hecho de que muchos de sus sacerdotes desertaron. Los Cataros pusieron a la Iglesia Católica frente al más grande desafío doctrinal del siglo XII.
Si bien la organización de los Cataros era jerárquica, ellos rechazaban la idea del sacerdocio y el uso de las instalaciones de la iglesia. Creían en la rencarnación y se negaban a consumir carne o cualquier otro producto de origen animal. Creían en la igualdad entre hombres y mujeres y aceptaban la anticoncepción, la eutanasia y el suicidio. Consecuentemente la Iglesia católica los condenó por herejes y siguiendo esta lógica, la tristemente célebre Inquisición los masacró y borró todo rastro de ellos. Montsegur, el último fuerte construido por los Cataros, fue demolido por las fuerzas de la realeza luego de capturarlos en 1244.
He dado con la última profecía de los Cataros: que la Iglesia del Amor se proclamaría en 1986. Como hemos visto en muchas otras profecías resulta difícil determinar una fecha exacta. Por lo tanto, en mi opinión, 1986 puede ser cualquier momento de ahora!
La profecía de los cátaros del año 1244 DC
No tiene ninguna estructura, sólo entendimiento.
No requiere admisión, salvo los que saben que pertenecen.
No tiene rivales, porque no es competitiva.
No tiene ambiciones, porque sólo busca servir.
No reconoce límites ya que los nacionalismos carecen de amor.
No es para si misma, ya que busca enriquecer a todos los grupos y las religiones.
Reconoce a todos los grandes maestros de todas las épocas que han revelado la verdad del amor.
Aquellos que participan, practican la Verdad del Amor en todo su Ser.
No hay forma de vida o nacionalidad que represente una barrera.
Aquellos que son, saben. No pretende enseñar, sino ser; y al ser, enriquecer.
Reconoce el carácter colectivo de toda la humanidad, y que todos somos uno con el Uno.
Reconoce que nuestra forma de ser puede ser la misma de aquellos a nuestro alrededor, porque nosotros somos esa forma.
Reconoce a todo el planeta como un Ser, del cual somos parte.
Reconoce que ha llegado la hora de la transmutación suprema, el acto alquímico definitivo, la transformación consciente del ego en un regreso voluntario a la totalidad.
No se proclama a sí misma a viva voz, sino en los reinos sutiles del amor.
Rinde homenaje a todos aquellos que en el pasado han ostentado el camino, pero que pagaron su precio.
No se admite ningún tipo de jerarquía o estructura, ya que nadie es superior a otro.
Sus miembros se conocen entre sí por sus actos, por su ser y por sus ojos, y por ninguna otra señal externa, salvo por el abrazo fraterno.
Cada uno de ellos dedicará su vida al silencioso amor al prójimo, al medio ambiente y al planeta, mientras llevan a cabo su tarea diaria, ya sea en forma exaltada o humilde.
Reconoce la supremacía de la gran idea, la cual sólo se puede alcanzar si la raza humana practica la supremacía del Amor.
No ofrece recompensas, ni aquí ni en el más allá, excepto la alegría indescifrable de ser y de amar.
Sus miembros sólo buscan promover la comprensión, dentro de cualquier iglesia, grupo o familia en la que se encuentren.
Harán el bien sigilosamente y enseñarán sólo dando el ejemplo.
Sanarán al prójimo, la comunidad y nuestro planeta.
No conocerán el miedo, no sentirán vergüenza y su testimonio prevalecerá sobre todas las adversidades.
No tiene secretos, ni arcano, ni iniciaciones, excepto el de la verdadera comprensión de la fuerza del amor y que, si queremos que así sea, el mundo cambiará, pero sólo si cambiamos nosotros mismos primero.
TODOS AQUELLOS QUE PERTENECEN, PERTENECEN, ESA ES LA IGLESIA DEL AMOR
Muchas iglesias, grupos y sectas son imposiciones de unos pocos sobre muchos, aprovechándose de su debilidad.
La Iglesia del Amor es a la inversa, ya que libera y promueve la fortaleza individual.
Tal estructura rudimentaria, como eventualmente pueda tener, debe venir de aquellos que saben que son una parte de ella.
M. Gisela Carta 
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